domingo, 15 de enero de 2012

Mi pequeña teoría

Algunos martes me acerco con unos cuantos amigos a un pub irlandés de por aquí. Los martes... porque el resto de días está hasta los topes y es imposible encontrar mesa, además ese es el día reservado para que los músicos aficionados (buenos en genral) toquen libremente. El pub está en un barrio de progres - para entendernos - no lejos de la universidad, así que abunda la gente de la enseñanza, músicos aficionados, artistas o artesanos y gente como yo, que de todo hay. Quien no conozca a los yanquis se sorprenderá al oir que suelen ser gente abierta, pero así es, al menos por lo que yo conozco, así que el ambiente del pub es acogedor. El caso es que suelo entablar conversación con un irlandés que frecuenta el pub: bueno... más que frecuentar, parece que viva allí. Su brazo derecho no termina en los dedos de la mano sino en una jarra de cerveza - dicho sea con admiración. Ya locuaz de por sí - su conversación, a partir de la segunda jarra, pierde el freno y su voz adquiere ese tono fuerte y cantarín típico irlandés. Es un tipo simpático y su conversación denota una cultura cosmopolita, así que solemos hablar de casi todo. Una vez me hizo una pregunta interesante: ¿cuál es la mayor diferencia entre los EE.UU. y el viejo mundo? Obviamente era una pregunta retórica así que le dejé que se explayase ampliamente. Siempre se aprende algo y - efectivamente - es lo mejor que se puede hacer en estos casos: callarse.

Pero me quedé pensando en la pregunta, porque tiene su miga y hoy, inevitablemente, le voy a contar a Ud, paciente lector, mi pequeña teoría. Es, puramente, una hipótesis. Ni puedo verificarla, ni soy sociólogo, ni psicólogo ni nada semejante, ni hay nada en mi trayectoria profesional que me haga un experto en este tema. Así que si Ud lo es y está buscando un tema para su tesis doctoral, se la regalo: las ideas son gratuitas sobre todo si no han sido verificadas.

Según mi humilde opinión la diferencia más importante entre un país como EE.UU. y - pongamos - España es "la estrategia de supervivencia". Reconozco que mis ideas sobre el darwinismo se reducen a un conocimiento muy básico, la lectura unos pocos libros entre los que recuerdo "The moral animal" de Robert Wright - un libro interesante - y poco más. En mis años del colegio, leer o hablar de Darwin era equivalente a declarar tu pertenecencia a un culto satánico o a una logia masónica.

Pero permítame que le explique mi pequeña teoría...

En un país como España, habitado desde antiguo, en el que se ha llegado a un equilibrio entre la población y los recursos - o lo que es lo mismo, en donde ya no hay nada que rascar - la estrategia de supervivencia obvia es la diferenciación tribal. Como las diferencias genéticas entre los españoles son mínimas (algo verificable) es necesario inventarse diferencias culturales. Pero lo importante es acentuar las diferencias... Si quiere Ud ofender a cierto tipo de vasco (o catalán) dígale que son semejantes a los cántabros (o a los aragoneses). Si quiere Ud ofender a un coruñés dígale que es semejante a un vigués. Pruebe Ud en cualquier valle de España a compartir con sus habitantes que "son semejantes a los habitantes del valle de al lado". Proceda con cuidado, ya que es muy posible que se ofendan. En definitiva la estrategia de supervivencia, en un país así, consiste en enfatizar las diferencias. De este modo y al cabo de cierto tiempo los habitantes del valle de lado podrán ser declarados enemigos, se les podrá declarar la guerra sin grandes problemas de conciencia y con un poco de suerte ocupar sus tierras. ¿Es posible que sea así como aparecen los diferentes lenguajes y culturas?

En los EE.UU. la estrategia es diferente. Los vecinos de la casa 2325 aspiran a ser semejantes a los de la casa 2327. Puede que sean diferentes; puede que los habitantes del estado X sean diferentes de los del estado Y, pero no ponen énfasis en las diferencias sino en las similitudes. Esto es lógico en un país en el que, hasta hace muy pocas generaciones, la colaboración entre los habitantes era imprescindible para la supervivencia. Obviamente esta colaboración no alcanzaba - en general - a la población nativa. Pero imáginese Ud que se va a vivir a la Minnesota de principios del siglo XIX: sin apenas infraestructuras, sin apenas carreteras con una reducida población cuya primera urgencia es sobrevivir los largos inviernos. Sus probabilidades de supervivencia aumentan mucho si alguien le echa una mano, si alguien está dispuesto a prestarle unas cuantas patatas o maíz durante el duro invierno o si alguien está dispuesto a colaborar con Ud para la defensa de la comunidad... en contra de quienes ya sabemos. En este caso, el pertenecer al "Nosotros" colectivo local y comportarse como sus vecinos aumentan sus probabilidades de supervivencia. El tener que sobrevivir en un mundo hostil explicaría también la importancia de las iglesias en EE.UU... pero esa es otra historia.

Esto no es un análisis moral: el moralismo empieza más allá de la supervivencia. ¿No le parece?

Un saludo

Tino

15-Ene-2012

1 comentario:

Ana Maria Julio dijo...

¡Saludos!
Soy la señora Julio Matus Guzmán, nacida en noviembre de 1952 en Alicante, propietaria de una empresa comercial, actualmente en cuidados intensivos por enfermedad.
Perdí a mi marido, con el que no tuve la oportunidad de tener un hijo, durante la crisis de Covid-19.
Tengo un tumor cerebral y, según los exámenes médicos, esta enfermedad acabará con mi supervivencia.
Mi padre religioso y guía espiritual me recomienda regalar mi herencia para obtener el favor divino.
Me gustaría donar la suma de 332.000 euros para cuidar mi herencia y adoptar a mi cariñosa gatita Mila en una familia.
Esperando que mi nota le sea útil, y esperando su respuesta, escríbame a mi dirección de correo electrónico que figura más abajo para mantener una conversación franca y honesta con el fin de saber más sobre esta donación.
anamariajulio38@gmail.com
Gracias.